La rehabilitación de fachadas, al igual que con casi todo, ha experimentado importantes cambios en los últimos años, y las técnicas empleadas hoy en día no tienen nada que ver con las que eran normales tan sólo hace unas décadas.
Hasta hace poco tiempo, cuando se hablaba de rehabilitación de fachadas en realidad se referían casi exclusivamente a dos técnicas destinadas al embellecimiento de las paredes, y en algunos casos simplemente a detener el deterioro que irremediablemente éstas sufren con el tiempo.
La primera de estas opciones era muy sencilla, y consistía en aplicar cemento en las zonas deterioradas o más oscuras, tras lo cual cada cierto período de tiempo se pintaba también las paredes. En cuanto a la otra solución por la que se solía optar era la de aplicar una monocapa que permitiera conseguir enfoscados.
Hoy en día, en la rehabilitación de fachadas se aplican técnicas más complejas, ya que actualmente no es sólo la estética lo que se busca, sino como hemos dicho otros factores más importantes como la seguridad y el ahorro energético y económico. Para ello, las antiguas técnicas han sido sustituidas por otras que se caracterizan por estar basadas especialmente en el aislamiento térmico.